Visitamos el Museo Jesuítico La Banda. Acá aprendimos sobre la historia de los Jesuitas en esta región El clima de esta región es húmedo con bioma de pradera en la que predominan los céspedes, gramíneas y se dan bosquecillos de coníferas, caducifolias y molles. En la ciudad de Tafí del Valle las temperaturas máximas promedio de verano (enero) son de 26°C, las temperaturas máximas promedio de invierno (julio) son de 16°C, siento frecuentes durante el invierno temperaturas de -5°C

Visitamos el Museo Jesuítico La Banda. Acá aprendimos sobre la historia de los Jesuitas en esta región.
Los jesuitas (“la compañía de Jesús”) es una orden religiosa de la Iglesia Católica Romana. Esta organización llega a América en el siglo XVI. A nuestro país primero llegan a Santiago del Estero desde Perú en el año 1585. Ni bien se asentaron en América, los jesuitas comenzaron a cumplir misiones que consistían en la evangelización de la población autóctona. A medida que pasaron los años, fueron cada vez más las instituciones jesuitas.
Los jesuitas fueron quienes más se opusieron al modelo español y los españoles creyeron conveniente expulsarlos antes de que tomen más poder en estos territorios. Los jesuitas fueron expulsados en 1767 por Carlos III, debido a las reformas borbónicas.
En una de las paredes del museo, había colgado un texto que contaba la historia de los Jesuitas en Tucumán. Nos pareció interesante la forma en la que la historia está contada, por lo que le sacamos una foto. Pudimos, gracias a eso, transcribir el texto para añadirlo así a nuestro diario de viaje:
“LOS JESUITAS EN TUCUMÁN. Los misioneros de la ‘Compañía de Jesús’, fundada por San Ignacio de Loyola; llegaron en gran número al Río de la Plata desde fines del siglo XVI a proseguir la obra evangelizadora iniciada por los franciscanos, encomendándoseles la reducción de los indígenas aún no sometidos.
Con este propósito el Obispo Victoria Gestionó que desde Lima enviaran a los padres Francisco de Angulo y Alonso de Barzana, quienes llegaron a la región del Noroeste y a Santiago del estero en el año 1586.
Cabe destacar al padre Barzana, incansable predicador de la fe, gracias a él las tribus de Santiago del Estero, Tucumán, El Chaco y Calchaquí abrieron los ojos a la Luz del Evangelio.
Cuando vino a San Miguel de Tucumán en 1588, ya conocía el idioma cacan de los diaguitas en sus viajes apostólicos por Santiago y las sierras de Catamarca, razón por la cual era el indicado para acompañar en calidad de capellan a Ramírez de Velazco en su expedición a los valles calchaquíes... Cumplida esta misión, volvió a Tucumán para evangelizar a las tribus tonocotes y lules, labor que cumplió siguiendo el itinerario que hoy une la capital con Marapa.
Entre los años 1607 y 1608, un ilustre tucumano: García de Medina, hizo construir para los jesuitas, una casa en sus tierras situadas entre los ríos Lules y Colorado, lo que hoy llamamos ‘la reducción’.
En la segunda mitad del siglo XVII, en la mencionada región fueron levantados edificios de las misiones destinadas a pacificar a los Lules, y allí se cultivo por primera vez la caña de azúcar. Al mismo tiempo, se establecían misiones en San Ignacio, al poniente de la Cocha.
Años después, la compañía erige una iglesia y un colegio en Tucumán en el lugar que hoy ocupa San Francisco, con misioneros estables cuyo número fue acrecentándose con el correr del tiempo. Enseñaban doctrina, predicaban y confesaban a los indios y españoles, mientras otro grupo de sacerdotes continuaba la misión de los Valles Calchaquíes.
Expulsados los jesuitas por el Rey Carlos III de España en el año 1767, fueron desalojados de Tucumán en Agosto de ese año y, ocupados sus bienes, nombrándose una junta de temporalidades para administrarlos, siendo sacados a subasta en 1774.”


Estuvimos en la Ciudad de Tucumán dónde vimos por fuera la histórica Casita de Tucumán.
